Hace unos días, buscando información sobre cómo se trabaja la poesía en la escuela, me topé con un artículo que hablab, precisamente, del "rechazo" hacía la poesía por parte de la escuela.
Decía que se tiene una consideración de la poesía como algo "complicado y aburrido", y que trabajarla con niños en edad escolar es pronto. Esto no parece muy acertado, pues los niños desde que nacen, o incluso desde que están en el vientre materno, están en contacto con el ritmo y la melodía de las palaras, por lo tanto, la poesía llegará al niño sin necesidad de que la entienda, en forma de disfrute, para cantarla o bailarla.
Sin embargo, la escuela ahoga el gusto natural que tienen los niños por la poesía. Por un lado, los docentes cada vez leen menos poesía y como consecuencia no tienen suficiente conocimiento de ella, y esto influye en la manera en que se la trasmiten a los niños. Por otro lado, la poesía que se trabaja en la escuela, por norma general, está "academizada", lo que hace de ella algo difícil, monótono y aburrido para el niño.
Yo creo en la importancia de que el maestro haga llegar la poesía al niño, por los múltiples beneficios que ello supone. Con la poesía se aprende el lenguaje, se ejercita la imaginación y se incrementa la creatividad, entre otras muchas cosas. Además con los talleres de poesía (punto que trataré en las próximas entradas) trabajamos aspectos como la timidez, la inhibición, el trabajo cooperativo, etc.
